La evaluación psicológica es un proceso fundamental que permite a los psicólogos recopilar información valiosa sobre el funcionamiento y las capacidades de un paciente. A través de test y entrevistas, se busca entender cómo se encuentra la persona en diferentes áreas y predecir su comportamiento futuro. Los resultados de esta evaluación se documentan en un informe psicológico, que es esencial para el seguimiento y tratamiento del paciente.

En el ámbito judicial, el peritaje psicológico juega un papel crucial, especialmente en casos de incapacidad laboral. Un Informe pericial de incapacidad permanente ayuda a los operadores jurídicos a comprender cómo los trastornos psicológicos impactan en el trabajador y en su capacidad para desempeñar su puesto. Este informe se convierte en una prueba decisiva en procesos civiles y laborales, ya que permite evaluar las limitaciones funcionales que pueden surgir a raíz de trastornos psicológicos.

El objetivo de la prueba pericial en estos casos es determinar el impacto de los trastornos psicológicos en la vida laboral de la persona. Esto incluye la valoración de lesiones o secuelas psicológicas que pueden estar relacionadas con enfermedades o trastornos mentales, lo que ayuda a clasificar si se trata de una contingencia común, una enfermedad profesional o un accidente laboral. Dependiendo de esta evaluación, se puede determinar si la incapacidad es temporal o permanente.

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